En una entrada anterior se hacía referencia a iniciativas francesas contra el despilfarro alimentario consistentes en la creación de centros de transformación de frutas y hortalizas, como la Elixis Saveurs Solidaires en Burdeos.
En esta entrada se presentan varias iniciativas parecidas desarrolladas en Holanda, otro de los países en los que la lucha contra el desperdicio tiene ya un largo recorrido en el terreno político, civil y académico.
De Verspillingsfabriek (Waste Factory o «Fábrica de residuos»), en Veghel, produce sopas y cremas de verduras. Las produce en marmitas de unos 500 litros, y las envasa, y comercializa con destino al consumidor final en bolsas de 580 ml (bajo la marca Barstensvol), o en bolsas de 2 litros destinadas al sector de restauración y catering.
En Utrecht está Kromkommer, que produce productos en la misma línea que la anterior. Una parte de su página web está en inglés. Señalan que su actividad comenzó en 2014, financiada inicialmente a través de una campaña de crowdfunding. Dicen que comercializan sus productos en 50 establecimientos de todo el país. Hasta producen una versión holandesa de gazpacho.
Instock es otra iniciativa que lucha contra el desperdicio alimentario de dos formas. Por un lado cuentan con tres restaurantes en Amsterdam, Hague y Utrecht donde sirven menús realizados con productos excedentarios de supermercados locales. Por otro lado producen dos tipos de cerveza antidesperdicio, una elaborada con patatas rescatadas (Pieper bier) y otra con pan duro (Bammetjes bier). También comercializan una especie de muesli (granola) para desayuno obtenido con los bagazos de cebada resultantes de la elaboración de la cerveza.
Portverdorie!, en Amsterdam, es otra iniciativa consistente en la recuperación principalmente de frutas excedentarias de supermercados, con las que elaboran y comercializan diversos productos. La oferta de productos varía en función las frutas y hortalizas de que disponen cada momento. Ofrecen productos originales como: mermeladas de fresa con estragón, de fresa con pimienta rosa, de ciruela azul con romero, de kiwi con manzana y plátano, chutneys de manzana, de plátano, etc.
Betuwse Krenkelaar, en Gerdermalsen, recupera manzanas «feas» o ligeramente dañadas, que ya no se pueden comercializar en fresco, y elabora sidras y otros productos.
Una iniciativa distinta es The Ketchup Proyect, en la que una organización holandesa envasa y comercializa salsa ketchup a partir de tomates deshidratados en Kenia. El objetivo es reducir la pérdida postcosecha de tomates que cifran en un 40 % y mejorar las condiciones de vida y hacer progresar a comunidades agrícolas de Kenia.
Para terminar, todas estas empresas y otras más pertenecen a la plataforma «Verspilling is Verrukkelijk» (algo así como «la basura es deliciosa»). En el siguiente enlace de la Universidad de Wageningen se habla de esta plataforma y de una investigación consistente en exponer y poner a la venta durante 6 meses conjuntamente los productos de 18 empresas con el objeto de analizar cuestiones relativas a la aceptación de los mismos por los consumidores, conocer qué productos son más apreciados, qué precio sería el más ajustado, cuál la mejor presentación, etc.