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Desperdicio en la cadena alimentaria: panorámica de datos disponibles (Europa)

Los datos disponibles en relación al desperdicio de alimentos son todos ellos estimativos y están condicionados en gran medida por la metodología y el concepto (pérdida, desperdicio, residuo alimentario, etc.) aplicados para su obtención.

En esta entrada realizamos una comparativa de los principales datos disponibles en relación a la cantidad de alimentos desperdicidados/residuos alimentarios generados en Europa. Los datos proceden de tres estudios, el famoso estudio de la FAO sobre las pérdidas y desperdicio de alimentos en el mundo (2011), y dos informes realizados sobre estimaciones de residuos alimentarios en Europa, emitidos en 2010 y 2016 (ver referencias).

Antes de presentar los datos conviene reseñar las principales diferencias entre unos estudios y otros en cuanto a qué etapas de la cadena alimentaria contemplan y en cuanto a cual es el objeto de cuantificación.

Los datos de la Comisión Europea de 2010 no incluyen la etapa de producción primaria, y tampoco se estudia la postcosecha como etapa en sí misma, sino que probablemente esté incluida implícitamente en la etapa de procesamiento (al igual que FUSIONS 2016), aunque este punto no quede claro. En el estudio de la FAO la última etapa es la de «consumo», que se entiende incluye el consumo de alimentos en los hogares y en otros ámbitos (restauración, etc.).

El objeto de evaluación es también distinto. En el estudio de la FAO se trata de cuantificar las pérdidas y desperdicio de alimentos, entendidas estas como la masa de alimentos comestibles no consumida a lo largo de las distintas etapas de la cadena alimentaria. Los estudios europeos por su parte cuantifican más bien los «residuos alimentarios» (food waste), que incluirían tanto las partes comestibles como las no comestibles. Además en el caso del informe FUSIONS 2016, no se tienen en consideración aquellos «subproductos» que se redirigen hacia alimentación animal, de acuerdo a la «definición FUSIONS de Food waste«, mientras que en el de la FAO no se hace referencia a esta cuestión, y en el de la Comisión Europea no queda claro. En el documento se señala que parte de lo cuanfificado iría en la práctica a alimentación animal (en particular parte de lo generado en la etapa de procesamiento), pero no se sabe ni se dice cuánto.

El ámbito geográfico también es distinto. En el estudio de la FAO se habla de Europa y la Federación Rusa, que sumarían una población de unos 750 millones de personas, mientras que en los otros estudios se ciñen a la UE, con una población de unos 500 millones de personas.

Esta es una de las razones por las que el volumen total cuantificado es mucho más del doble en el estudio de la FAO que en los otros:

Los datos de FUSIONS 2016 (UE-28)* son los correspondientes a la parte comestible de los residuos alimentarios totales

No obstante, también en términos per capita el documento de la FAO alcanza un valor superior a los otros dos estudios (280 kg por persona y año, frente a alrededor de 175 en los estudios europeos, 100 en el estudio de FUSIONS considerando solo las partes comestibles).

Es interesante ver también que en el estudio de la FAO se estima que las PDA supondrían un 31 % de los alimentos producidos para consumo humano, mientras que en los estudios europeos esa cifra se reduce mucho, hasta el 20 % considerando partes comestibles y no comestibles, y hasta el 12 % considerando solo las primeras. Son diferencias muy elevadas.

Los datos de «Hogares» de FAO 2011 son de «Consumo» (incluyen restauración y catering). Los datos de FUSIONS 2016 (UE-28)* son los correspondientes a la parte comestible de los residuos alimentarios totales, calculados aplicando los coeficientes señalados en el propio informe: 50 % para producción primaria y procesmamiento, 83 % en distribución, 60 % en hogares y 59 % en restauración y catering. Los valores de porcentaje de color azul entre paréntesis se corresponden con la estimación de las PDA/residuos alimentarios respecto al total de alimentos producidos para consumo humano

Atendiendo a lugar de la cadena alimentaria donde se producen las pérdidas se observan claras diferencias entre los estudios en dos etapas. En la etapa de la producción primaria, los valores son muchísimo mayores en el estudio de la FAO que en el de FUSIONS lo cual no tiene fácil explicación. Por su parte en el sector del procesamiento, los valores del estudio de la CE 2010 son superiores a los observados en los otros estudios (39 % en la UE-27 frente a la 17 y 12 % en los otros estudios, figura 3).

Donde parece haber más consenso es en lo que respecta al desperdicio al final de la cadena alimentaria. En Europa el desperdicio en el consumo es muy elevado. Sobre esta cuestión se ha realizado una entrada posterior en el blog.

Conviene señalar es que es precisamente en las etapas de consumo, en particular en los hogares, donde es más fácil obtener datos relativamente fiables, y por esta razón, es la etapa de la cadena alimentaria más y mejor estudiada en relación a las pérdidas y desperdicio de alimentos.

Las etapas previas como el procesamiento y sobre todo, la producción primaria han sido mucho menos evaluadas, por ser etapas más difíciles de abordar y de las cuales existen estadísticas mucho menos fiables.

Figura 3. Distribución porcentual de las PDA/residuos alimentarios en los distintos eslabones de la cadena alimentaria contemplados en cada estudio.

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También hay mucho consenso en lo que respecta a la etapa de distribución y venta. Siempre aparece cómo la etapa más eficiente, en la que se genera un volumen menor de PDA/residuos alimentarios, alrededor siempre del 5-7 % del total generado en la cadena alimentaria. Las empresas de la distribución repetidamente alegan que son muy eficientes, lo cual es muy posible que sea cierto puesto que en ello les va en buena medida el negocio. No obstante, cabría preguntarse  hasta que punto estas empresas, siendo muy eficientes, trasladan o no ineficiencias corriente arriba y corriente abajo de la cadena; como resultado de sus políticas de aprovisionamiento de productos de los productores y procesadores y/o de sus estrategias de marketing y venta dirigidas a los consumidores.

En definitiva, en esta entrada se demuestra la variabilidad de los datos disponibles y la necesidad de realizar avances en la definición de criterios comunes acerca de qué, cómo y dónde se mide.

Referencias

EC. 2010. Preparatory study on food waste acros EU-27.

FAO. 2011. Global Food Losses and Waste. Extent, Causes and Prevention.

FUSIONS. 2016. Estimates of European food waste levels.

REFRESH: Top 20 residuos/subproductos alimentarios para valorización

En una entrada anterior se describió el proyecto europeo REFRESH. En esta entrada se hace referencia al  documento publicado en diciembre de 2016 titulado «Top 20 Food waste streams», que es uno de los resultados publicados en el marco del paquete de trabajo nº 6 de REFRESH (Valorization of waste streams and co-products).

Uno de los objetivos de este paquete de trabajo es el de impulsar la explotación de residuos/subproductos alimentarios a través de la identificación de los flujos de residuos más apropiados para valorización tomando como criterios para ello:

a) la robustez del suministro, calidad y composición del flujo, y

b) en qué medida a partir de los ellos se pueden obtener productos tecnológica y económicamente viables, conformes a la legislación y sostenibles y beneficiosos desde el punto de vista medioambiental.

En un trabajo previo se identificaron 37 categorías de residuos/subproductos importantes en la UE. En un segundo paso se procedió a priorizar los flujos en base a «criterios de plan de negocios de alto nivel, tales como cantidades, ubicaciones, economías potenciales de escala y temas de estacionalidad».

Los 20 flujos de residuos/subproductos finalmente seleccionados se resumen en las siguientes tablas. Están en orden alfabético, los de origen vegetal primero, seguidos de los de origen animal.

 

 

 

 

 

 

Champions 12.3 – coalición por la reducción del desperdicio alimentario

En el año 2016 la Organización de Naciones Unidas aprobó los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el mundo y las personas. El objetivo 12 persigue “garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”. Dentro de este objetivo la meta 3 señala como objetivo a alcanzar en 2030 el “reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per capita en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y distribución, incluidas las pérdidas posteriores a las cosechas”.

Champions 12.3 es «una coalición de ejecutivos de gobiernos, empresas, organizaciones internacionales, instituciones de investigación, grupos de agricultores y la sociedad civil» a través de la que se quiere aunar esfuerzos para alcanzar dicha meta (SDG 12.3). En su página web se puede descargar el informe anual de 2016, en el que se describe en qué medida se está progresando, a juicio de la plataforma, en la misma.

TRASA – Producción de ensilados vegetales para alimentación animal

Hace unos días, en el marco de la asignatura «Valorización de subproductos de la industria alimentaria» del Master Universitario Tecnología y Sostenibilidad en la Industria Agroalimentaria, de la Universidad Pública de Navarra, tuvimos la oportunidad de visitar las instalaciones de la planta de procesado de subproductos vegetales de la empresa TRASA (Tratamiento Subproductos Alimentarios S.L.), situada en Milagro, en la Ribera navarra.

La planta es el resultado de varios años de investigación y desarrollo en la que TRASA realizó una completa caracterización de los subproductos generados por las industrias de conservas y transformados vegetales del valle del Ebro. Esta caracterización incluyó su cuantificación (estimada entre 80.000 y 120.000 toneladas de subproductos vegetales al año), y el conocimiento de su origen, tipos, formatos, variaciones estacionales, de sus características fisicoquímicas, funcionales e higiénico-sanitarias, y de su utilización actual.

En líneas generales se trata de residuos caracterizados por un contenido en agua muy elevado (85-90 % de humedad), altamente perecederos, ricos en fibra muchos de ellos, cuya generación es variable a lo largo del tiempo, que se presentan en formatos muy diversos (frutas enteras, pieles, purés, restos vegetales sólidos de diferentes tamaños, residuos individuales o mezclas de varios vegetales distintos, etc.). A continuación se ven tres ejemplos del tipo de materiales que se reciben en TRASA:

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Con respecto al uso habitual de estos residuos, tradicionalmente la mayor parte de los subproductos generados en las industrias de procesado de vegetales de la zona son gestionados de forma directa por ganaderos, que tienen acuerdos con las empresas para recogerlos y transportarlos hasta sus explotaciones. Esta forma de uso directo genera muchos problemas de diferente índole. Por un lado los ganaderos básicamente están recogiendo y transportando «agua» dada la gran humedad de los subproductos. Su variabilidad y escasa vida útil hacen que su aprovechamiento en muchas ocasiones no sea completo, por lo que generan un impacto medioambiental importante en las propias explotaciones.

TRASA investigó la viabililidad técnica y económica  del proceso de abastecimiento y procesamiento de estos subproductos, mezclados entre sí, y con otros materiales, para la obtención de productos para alimentación animal. Estos otros materiales son residuos vegetales de baja humedad «absorbentes» (maíz forrajero, pulpa de remolacha, cascarilla de cereales, harinas de girasol, etc.) que permiten reducir la humedad de las mezclas y equilibrar nutricionalmente los productos finales. Estos productos finales tienen así una mayor vida útil y unas características nutrionales y fisicoquímicas más estables.

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Ejemplos de materiales «absorbentes»

TRASA cuenta con una base de conocimiento amplia que le permite diseñar un amplio abanico de formulaciones en función de la tipología de subproductos disponibles en un momento determinado y de las necesidades de los clientes. La mayor parte de los clientes son explotaciones de ganado rumiante (ganado bravo, bovino de carne o de leche, ovino, equino, etc.).

La empresa ofrece dos tipos de productos: mezclas formuladas en fresco destinadas a un consumo rápido, y mezclas sometidas a ensilado en «balas». El proceso de ensilado dura entre 1 y 2 meses, tiempo durante el que procesos anaeróbicos de fermentación láctica dan lugar a productos finales de larga vida útil. La planta comenzó su actividad en el verano de 2016 y tiene las dimensiones y tecnología necesaria para producir hasta 40.000 t al año de productos finales.

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Convierten restos de pan en cerveza

La revista on-line FOODmanufacture.co.uk publicó hace unos meses un artículo en el que se informa que una empresa cervecera inglesa, Hambleton Brewery, en colaboración con la empresa lider en Reino Unido en comida para llevar Adelie Foods ha desarrollado un proceso en el que obtiene cerveza a partir de residuos de pan procedentes de panaderías, sandwicherías, etc.

La cerveza se llama «Toast Ale». Con unos 37 kg de pan producen 1000 litros de cerveza.

Red para la Sostenibilidad Agroalimentaria (REDSOSTAL)

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente puso en marcha en 2015 un «Programa para la sostenibilidad integral de la industria agroalimentaria«.

El objetivo del programa es «mejorar la sostenibilidad de la industria agroalimentaria de manera integrada y considerando, por tanto, los tres aspectos de la sostenibilidad, a saber, ambiental, social y económico».

Dentro del programa se establecen otros objetivos sencundarios como el de “facilitar el contacto y el diálogo sobre sostenibilidad entre las empresas y administraciones del sector agroalimentario”. Para ello la Dirección General de la Industria Alimentaría desarrolló la Web REDSOSTAL (Red para la Sostenibilidad Agroalimentaria).

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A través de la misma se pueden visualizar «experiencias sostenibles» de empresas agroalimentarias tanto del sector primario como del secundario, se puede acceder a diversa información de interés (guías, informes, normas, etc.) generadas por entidades públicas y privadas, y también se puede acceder a una herramienta on-line creada con el fin de que las industrias agroalimentarias se autoevaluen a su situación en relación a la sostenbilidad integral. La herramienta se denomina e-SIAB.

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