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Más vueltas con la carne y el clima

En varias entradas anteriores se trata la problemática vinculada al incremento del consumo y producción de carne (y en general, de productos de origen animal) en el mundo y sus implicaciones sobre el cambio climático y la sostenibilidad ambiental del planeta.

En esta entrada se hace referencia a un artículo publicado hoy en El País (Sí, comer carne afecta al clima, pero las vacas no están matando el planeta), en el que se ponen en duda algunos de los datos publicados hasta la fecha sobre el impacto de la ganadería en el efecto invernadero, y se matizan las afirmaciones que atribuyen grandes beneficios medioambientales a la reducción del consumo de carne en favor de alimentos de origen vegetal. Interesante.

El artículo lo firma Frank M. Mitloehner, un profesor del Departamento de Ciencia Animal de la Universidad de California (UCDavis).

Entradas anteriores sobre el tema:

Pérdidas y desperdicio de alimentos en Francia

Francia es uno de los países europeos que más están desarrollando políticas e iniciativas en la lucha contra el desperdicio alimentario. A través del Pacto Nacional para luchar contra el desperdicio de alimentos Francia tiene el compromiso de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para el año 2025 y en este sentido desarrolló la Ley 2016-138 (11 de febrero de 2016).

La lucha contra el desperdicio de alimentos requiere avanzar en una cuestión básica que es el diagnosticar la magnitud real del problema.

En esta entrada se resumen algunos datos del documento publicado en 2016 por la «Agence de l’Environnement et de la Maîtrise de l’Energie» (ADEME), titulado «Pérdidas y desperdicio de alimentos – inventario y gestión en cada etapa de la cadena alimentaria«. El documento completo en francés, y el resumen ejecutivo en francés y en inglés se pueden encontrar en el siguiente enlace.

En el documento presentan los resultados de un estudio completo de las pérdidas y desperdicio de alimentos (PDA) a lo largo de la cadena alimentaria (producción, transformación, distribución y consumo en hogares y restauración). Dan datos globales y también diferenciando distintos tipos de productos.

Como concepto de PDA emplean uno semejante al planteado por la FAO, es decir, contemplan únicamente las partes comestibles de los alimentos (destinados a consumo humano) que se pierden a lo largo de la cadena alimentaria.

El estudio cifra las PDA globales en 10 millones de toneladas al año, es decir 150 kg per capita. En términos económicos valoran esto en 16.000 millones de euros, y en términos medioambientales en 15,3 millones de toneladas de equivalentes de CO2.

Señalan que una parte de los 10 millones (menos de 2 millones) de PDA se deriva a alimentación animal. Indican que esta cantidad no estaría contemplada en la estadística de «food waste» si se utilizase el concepto y la metodología FUSIONS.

La distribución de las PDA en los distintos segmentos de la cadena alimentaria es la siguiente:

  • Producción: 32 %
  • Transformacion: 19 %
  • Distribución: 14 %
  • Consumo: 33 %

Destaca el hecho de que la proporción asignada al sector primario y a la distribución es superior a la señalada en otros estudios realizados a nivel europeo (ver entrada previa), mientras que lo correspondiente a la etapa de consumo es claramente menor (33 %, 50 kg per capita).

También destaca el hecho (figura siguiente) de que en consumo las pérdidas en restauración son superiores, en términos relativos, a las pérdidas en los hogares. Así, mientras que únicamente el 15 % de la comida es consumida en restauración, la proporción de las PDA en consumo debidas a la restauración asciende al 42 %.

El 58 % restante se corresponde a las PDA en los domicilios. En los hogares franceses se desperdician 29 kg por habitante y año, que es un valor cercano al observado en los pocos estudios existentes en España y Cataluña, y de nuevo mucho menor al descrito por la FAO, y en menor medida por otros estudios a nivel europeo (ver entrada previa).

Cuando se analizan los resultados de los distintos tipos de productos se observan diferencias tanto en cuanto a la magnitud de las PDA como a su distribución en la cadena alimentaria. Los porcentajes de pérdidas en peso estimados en el estudio son:

  • Verduras: 24 %
  • Frutas: 22 %
  • Grandes cultivos (trigo, patata, etc.): 20 %
  • Productos de origen animal: 13 %

Las frutas y hortalizas se pierden en gran medida en la etapa de producción, mientras que los productos de origen animal se desperdician más en la etapa de consumo.

Una cuestión interesante que se analiza en el estudio es el valor económico de las pérdidas. Hacen estimaciones y destacan que el valor comercial unitario de las pérdidas se va incrementando conforme se va avanzando en la cadena alimentaria. Evaluan el valor comercial de las PDA de la siguiente forma:

  • 2 630 € por persona trabajadora en la etapa de producción primaria.
  • 4 970 € por persona trabajadora en las industrias alimentarias.
  • 6 260 € por persona trabajadora en el sector de la distribución.

Si bien los productos de origen animal tienen pérdidas del 13 % en peso, claramente menos que otros productos, el valor económico y el impacto medioambiental de las mismas es mucho mayor. El estudio estima que las pérdidas de productos de origen animal suponen el 54 % y el 82 % del valor total y de las emisiones de gases de efecto invernadero del conjunto de las PDA, respectivamente.

 

En Francia hay otros estudios de este tipo. Destacan los trabajos publicados por el INRA (Institute National de la Recherche Agronomique). En los siguientes enlaces se pueden encontrar las presentaciones realizadas en unas jornadas coloquio sobre el tema, y su publicación posterior en un número de una revista editada por el INRA:

 

 

 

España Circular 2030 y el sistema alimentario

Recientemente el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) ha presentado el borrador para información pública de la Estrategia española de economía circular» (EEEC).

El sector de la agroalimentación es uno de los sectores prioritarios de la estrategia, junto al de la construcción, el sector industrial, el de bienes de consumo y el del turismo.

La estrategia se debe desarrollar a partir de Planes de Acción, el primero de ellos el correspondiente al periodo 2018-2020. Este plan describe 8 ejes de actuación en los que se contemplan un total de 70 actuaciones. Hay 5 ejes específicos (producción y diseño, consumo, gestión de residuos, materias primas secundarias, reutilización del agua) y 3 de carácter transversal (investigación, innovación y competitividad, sensibilización y participación, empleo y formación). La dotación presupuestaria total está estimada en cerca de 837 millones de euros, repartidos como se puede ver en la segunda figura 2.

Figura 1. Ejes de actuación de la Estrategia Española de Economía Circular. Fuente: MAPAMA (2018). España Circular 2030

Figura 2. Distribución por ejes del presupuesto del Plan de Acción 2018-2020 Fuente: elaborado a partir de MAPAMA (2018). España Circular 2030


PRINCIPALES ACTUACIONES EN CUANTO A LOS RESIDUOS Y DESPERDICIO ALIMENTARIOS

Primero destacamos los ejes y las actuaciones más vinculadas al sector alimentario que tienen relación clara con la lucha contra la pérdida y desperdicio de alimentos y con la prevención y gestión de residuos alimentarios.

Eje 1. Producción y diseño

Actuación 8 – Integración Sistema EMAS en políticas sectoriales

La aplicación de un sistema de gestión medioambiental en cualquier empresa, está en vinculada directamente con la prevención de la generación de residuos y otros impactos ambientales (a través de la optimización de su provisión de materias primas, el procesamiento de las mismas, el consumo de agua y energía, etc.) y la mejora de la gestión de los residuos que finalmente se generen.Esta actuación busca lograr una mayor implantación del sistema de gestión medioambiental europeo EMAS tratanto de de integrarlo en el resto de políticas ambientales sectoriales que haga la Administración General del Estado.

Actuación 9 – Fomento de la sostenibilidad integral de la industria agroalimentaria.

El origen de esta actuación es el Programa de Sostenibilidad de la Industria Agroalimentaria puesto en marcha en 2015 con un horizonte de dos años. La EEEC buscaría dar uso a las herramientas puestas en marcha a través de este programa, concretamente  la red REDSOSTAL, el cuestionario de autoevaluación eSIAB, y el Decálogo de la sostenibilidad integral. De algunas de estas cuestiones ya se habló en una entrada anterior.Eje 2. Consumo

Actuación 15. Implementación de la Estrategia «Más alimento, menos desperdicio» 2017-2020

Se señala que hay que dar continuidad a la estrategia contra el desperdicio puesta en marcha en 2013, centrando los «esfuerzos  en aquellos aspectos que anteriormente han tenido un menor desarrollo». No aparecen descritos objetivos cuantitativos concretos, más allá de señalar que desde la UE, la propuesta de reforma de la Directiva Marco de Residuos pide a los estados que:

  • Reduzcan el despilfarro de alimentos en cada fase de la cadena alimentaria.
  • Lleven a cabo un seguimiento de los niveles de residuos alimentarios.
  • Presenten informes con el fin de facilitar el intercambio entre los agentes sobre los progresos realizados.

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Dada su ubicación en el eje consumo, se podría interpretar que los esfuerzos desde la administración del estado en la lucha contra el desperdicio alimentario se orientarán prioritariamente en las etapas finales de la cadena alimentaria.

Eje 3. Gestión de residuos

Actuación 20. Revisiones normativas

La estrategia señala que el «paquete de economía circular» de la Comisión Europea en 2015 incluye la revisión de directivas en materia de residuos (la directiva Marco de Residuos, la de envases y residuos de envases, la de vertido de residuos y la de vertederos) que implicarán su transposición a la normativa española. Esto afectará directa o indirectamente a los residuos alimentarios.

Por ejemplo el proyecto de la Directiva Marco de residuos establece objetivos para la reutilización y reciclado de residuos municipales para 2025 (60 %) y 2030 (65 %).

Eje 4. Mercado de materias primas secundarias

Actuación 31. Declaración y fomento de subproductos

En este punto se hace hincapié en el uso de subproductos en el sector de la alimentación animal, sector «que presenta una gran dependencia de la importación de materias primas». La actuación perseguiría aumentar el actual 29 % de materias primas provenientes del reaprovechamiento de desechos de distintas etapas del sector agroalimentario señalando las siguientes:

  • Primera etapa: residuos de producción y subproductos de las industrias agroalimentarias.
  • Segunda etapa: incorporación de «antiguos alimentos» de las industrias y la distribución.
  • Tercera etapa: destríos de la producción primaria (principalmente fruta y verdura).

Subproductos de la industria alimentaria (patatas, restos de zanahoria y de brócoli) en la nave de recepción de la empresa TRASA, a la espera de su procesamiento para la obtención de ensilados para alimentación animal.


OTRAS ACTUACIONES IMPORTANTES PARA EL SECTOR AGROALIMENTARIO

En la EEEC aparecen otras actuaciones no tan directamente orientadas a la prevención/residuos alimentarios o a la lucha contra el desperdicio de alimentos pero también muy importantes de cara a aumentar la sostenibilidad del sector agroalimentario y enmarcarlo dentro del ámbito general de una economía circular:

Eje 5. Reutilización del agua

Este eje de actuación es con diferencia el más importante de del Plan de Acción 2018-2020, puesto que contaría con más de la mitad de la previsión presupuestaria del mismo.

Busca reducir la huella hídrica de la economía a través de la reutilización de aguas residuales. Plantea actuaciones encaminadas a «eliminar las barreras legislativas existentes» (actuaciones 38 y 39) para dicha reutilización; a apoyar proyectos de regadío que tengan como recurso las aguas residuales (actuación 40), a revisar esta cuestión en los Planes Hidrológicos de Cuenca (actuación 41), el fomento de trabajos de investigación en este ámbito (actuación 42), etc.

Eje 1. Producción y diseño

La actuación 7 (Fomento de la etiqueta ecológica europea ECOLABEL) incluye impulsar la «contratación pública verde». Existen ya grupos de trabajo para establecer los criterios correspondientes en distintos ámbitos, entre ellos los servicios de alimentación y marketing.La actuación 10 persigue el apoyo a la producción ecológica de alimentos. El MAPAMA ha elaborado una estrategia al respecto con 36 lineas de actuación y más de 100 medidas.

Eje 3. Gestión de residuos

En este eje hay diversas actuaciones de carácter transversal que evidentemente afectan a la prevención y gestión de residuos alimentarios, que tienen que ver con el desarrollo y revisión del Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR) y el Programa Estatal de Prevención de Residuos (actuación 20), con aspectos impositivos en materia de residuos (actuaciones 25 y 26), o con la identificación de una red de laboratorios de referencia para el análisis de residuos (actuación 27), entre otras.

Las actuaciones 28 y 29 tienen que ver específicamente con la protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas marinos a través de la recogida de residuos («pesca de basuras marinas»).

Eje 4. Mercado de materias primas secundarias

La actuación 35 trata sobre la clarificación de los procesos de reciclado autorizados que permitan la utilización de materiales y objetos de plástico reciclados para entrar en contacto con alimentos.


OTRAS ACTUACIONES DE CARÁCTER TRANSVERSAL

Finalmente hay que señalar que el Plan de Acción 2018-2020 en sus ejes 6, 7 y 8, presentan un buen número de actuaciones (de la 43 a la 70) encaminadas a fomentar la realización de proyectos de investigación (y la transferencia de resultados) enfocados desde múltiples ángulos hacia la transición hacia una economía circular, aumentar la sensibilización y participación de la sociedad en su conjunto (sector público y sector privado, incluyendo al tejido empresarial, agentes sociales, y organizaciones y asociaciones comprometidas con el medio ambiente) en dicha transición; e impulsar políticas de educación, empleo y formación que permitan generar unos recursos humanos cualificados en las capacidades específicas («empleo verde») que esta nueva economía circular va a requerir.

El sector agroalimentario, como el resto de sectores contemplados en la estrategia, deberá ser objeto de estas actuaciones.

Champions 12.3 – coalición por la reducción del desperdicio alimentario

En el año 2016 la Organización de Naciones Unidas aprobó los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el mundo y las personas. El objetivo 12 persigue “garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”. Dentro de este objetivo la meta 3 señala como objetivo a alcanzar en 2030 el “reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per capita en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y distribución, incluidas las pérdidas posteriores a las cosechas”.

Champions 12.3 es «una coalición de ejecutivos de gobiernos, empresas, organizaciones internacionales, instituciones de investigación, grupos de agricultores y la sociedad civil» a través de la que se quiere aunar esfuerzos para alcanzar dicha meta (SDG 12.3). En su página web se puede descargar el informe anual de 2016, en el que se describe en qué medida se está progresando, a juicio de la plataforma, en la misma.

Utilización de orujos de manzana en ingeniería de tejidos

¿Por qué utilizar los subproductos de manzana?

El uso insostenible de materias primas en los últimos años ha generado un  aumento de residuos agroalimentarios, estos  están directamente relacionados con las emisiones de gases de efecto invernadero que causan un grave problema medioambiental además, estas prácticas pueden llevar al agotamiento asociado de los recursos naturales, debido a una población mundial cada vez mayor.

La producción mundial de manzanas fue en 2015 de más de 70 millones de toneladas de las cuales la Unión Europea contribuyó con más del 15%, mientras que medio millón de toneladas proceden de España. Alrededor del 75% de las manzanas son empleadas en la elaboración de zumo y el resto, conocido como orujo de manzana, se utiliza principalmente como pienso o para compost. No obsante existen alternativas para su transformación en productos de alto de valor añadido.

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¿Cuáles son las posibilidades de revalorización de los orujos?

Los principales usos de los orujos de manzanas además de sus utilizaciones tradicionales (pienso compost y biocombustible) están encaminados a la valorización de las sustancias antioxidantes y neutraceuticos que están siendo estudiados en el desarrollo de  biomaterial para la ingeniería de tejidos duros y blandos a partir del material de desecho después de la extracción de nutracéuticos y pectinas.

La comunidad científica se ha interesado desde hace muchos años en diferentes estrategias para regenerar tejido que podrían emplearse en técnicas quirúrgicas y para guiar el crecimiento de nuevos tejidos.

Revalorización en ingeniería de tejidos

El trabajo realizado por Malcolm Yates y col (2017) utiliza el orujo de como materia prima para obtener materiales que puedan ser utilizados como “ladrillos” de diferentes células empleadas en ingeniería de tejidos. En particular para para osteoblastos (células del hueso encargadas de sintetizar la matriz ósea,) y condrocitos (tipo de célula que se encuentran en el cartílago). Estos materiales tienen valores mucho más altos que la materia prima original, multiplicando su valor por más de 100. Por lo tanto, existen claros incentivos ambientales y financieros para transformar estos residuos en sustancias y materiales valiosos.

El procedimiento seguido consiste en extracciones secuenciales de pectinas y antioxidantes,  y finalmente la preparación de un material biocompatible. En el siguiente diagrama se observa de forma resumida los pasos realizados en el artículo

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Esquema del procedimiento seguido en el artículo de Malcolm Yates y col., 2017

En otro artículo realizado por Martin Luengo y col. (2011) emplea el subproducto bagazo de cerveza como base para el estudio de biomateriales para el crecimiento de osteoblastos en terapias de reemplazo óseo.

En este enlace del National Institute of Biomedical Imaging and Bioengineering (USA) aparece más información en castellano sobre la Ingeniería de Tejidos y Medicina Regenerativa,

Artículos de referencia:

Malcolm Yates , Milagros Ramos Gomez , Maria A. Martin-Luengo , Violeta Zurdo Ibañez , Ana Maria Martinez Serrano .2017. Multivalorization of apple pomace towards materials and chemicals. Waste to wealth. Journal of Cleaner Production 143 (2017) 847e853

Martin-Luengo, M.A., Yates, M., Ramos, M., Saez Rojo, M., Martínez Serrano, M.A., Gonzalez Gil, L., 2011. Biomaterials from beer manufacture waste for bone growth scaffolds. Green Chem. Lett. Rev. 4, 229e233.

TRASA – Producción de ensilados vegetales para alimentación animal

Hace unos días, en el marco de la asignatura «Valorización de subproductos de la industria alimentaria» del Master Universitario Tecnología y Sostenibilidad en la Industria Agroalimentaria, de la Universidad Pública de Navarra, tuvimos la oportunidad de visitar las instalaciones de la planta de procesado de subproductos vegetales de la empresa TRASA (Tratamiento Subproductos Alimentarios S.L.), situada en Milagro, en la Ribera navarra.

La planta es el resultado de varios años de investigación y desarrollo en la que TRASA realizó una completa caracterización de los subproductos generados por las industrias de conservas y transformados vegetales del valle del Ebro. Esta caracterización incluyó su cuantificación (estimada entre 80.000 y 120.000 toneladas de subproductos vegetales al año), y el conocimiento de su origen, tipos, formatos, variaciones estacionales, de sus características fisicoquímicas, funcionales e higiénico-sanitarias, y de su utilización actual.

En líneas generales se trata de residuos caracterizados por un contenido en agua muy elevado (85-90 % de humedad), altamente perecederos, ricos en fibra muchos de ellos, cuya generación es variable a lo largo del tiempo, que se presentan en formatos muy diversos (frutas enteras, pieles, purés, restos vegetales sólidos de diferentes tamaños, residuos individuales o mezclas de varios vegetales distintos, etc.). A continuación se ven tres ejemplos del tipo de materiales que se reciben en TRASA:

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Con respecto al uso habitual de estos residuos, tradicionalmente la mayor parte de los subproductos generados en las industrias de procesado de vegetales de la zona son gestionados de forma directa por ganaderos, que tienen acuerdos con las empresas para recogerlos y transportarlos hasta sus explotaciones. Esta forma de uso directo genera muchos problemas de diferente índole. Por un lado los ganaderos básicamente están recogiendo y transportando «agua» dada la gran humedad de los subproductos. Su variabilidad y escasa vida útil hacen que su aprovechamiento en muchas ocasiones no sea completo, por lo que generan un impacto medioambiental importante en las propias explotaciones.

TRASA investigó la viabililidad técnica y económica  del proceso de abastecimiento y procesamiento de estos subproductos, mezclados entre sí, y con otros materiales, para la obtención de productos para alimentación animal. Estos otros materiales son residuos vegetales de baja humedad «absorbentes» (maíz forrajero, pulpa de remolacha, cascarilla de cereales, harinas de girasol, etc.) que permiten reducir la humedad de las mezclas y equilibrar nutricionalmente los productos finales. Estos productos finales tienen así una mayor vida útil y unas características nutrionales y fisicoquímicas más estables.

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Ejemplos de materiales «absorbentes»

TRASA cuenta con una base de conocimiento amplia que le permite diseñar un amplio abanico de formulaciones en función de la tipología de subproductos disponibles en un momento determinado y de las necesidades de los clientes. La mayor parte de los clientes son explotaciones de ganado rumiante (ganado bravo, bovino de carne o de leche, ovino, equino, etc.).

La empresa ofrece dos tipos de productos: mezclas formuladas en fresco destinadas a un consumo rápido, y mezclas sometidas a ensilado en «balas». El proceso de ensilado dura entre 1 y 2 meses, tiempo durante el que procesos anaeróbicos de fermentación láctica dan lugar a productos finales de larga vida útil. La planta comenzó su actividad en el verano de 2016 y tiene las dimensiones y tecnología necesaria para producir hasta 40.000 t al año de productos finales.

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