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Enraiza Derechos y Yo No Desperdicio

En esta entrada hablamos de la organización Enraiza Derechos, dedicada a promover una alimentación justa y sostenible y los derechos de las mujeres, y el trabajo que desarrolla en relación al desperdicio alimentario, que se puede ver en su página web YoNoDesperdicio, cuya visita es muy recomendable.

Yo No Desperdicio se puso en marcha en 2015 por lo que cuenta ya con un recorrido muy apreciable. En la web se puede acceder a abundantes recursos.

El apartado ¿Qué puedes hacer tú? es muy interesante. Tiene una guía y herramientas sencillas para hacer autodiagnósticos en el hogar del desperdicio alimentario, tiene orientaciones muy bien planteadas e ilustradas, para que seamos unos consumidores más responsables y minimicemos la comida que tiramos a la basura, con consejos en aspectos como: planificar bien la compra de alimentos, conocer los alimentos de temporada, usar de una forma racional la nevera, distinguir entre fechas de caducidad y fechas de consumo preferente, trucos, recetas de aprovechamiento de «sobras», etc.

En el apartado Actualidad se pueden ver noticias relacionadas con la lucha contra el desperdicio alimentario y actividades en las que la Enraiza Derechos participa, como actividades de sensibilización y diagnóstico del desperdicio en hogares, en centros escolares (comedores), desarrolladas en Madrid, en Castilla-La Mancha, en Euskadi.

También aparecen artículos de opinión como por ejemplo el titulado «El baile de cifras del desperdicio alimentario», en el que se hace referenica al informe de la UNEP de marzo de 2024 que hemos descrito en la entrada anterior. Esta noticia está también en la propia web de Enraiza Derechos (en este enlace), y a través de la misma se puede enlazar también con un documento muy interesante, un «Manual para la medición del despericio alimentario«.

Este documento es muy interesante, y se trata de una versión resumida de la investigación titulada «Desperdicio alimentario y cambio climático«, realizada por Enraiza Derechos por encargo de ECODES, en relación a la cual publicamos en su día una extensa entrada (ECODES – Protocolo de medición del desperdicio alimentario – una gran referencia).

Todo muy recomendable.

Pérdidas de alimentos y derroche de agua en El País

El pasado 18 de febrero el diario El País publicó un interesante reportaje titulado «El gran derroche de agua: miles de millones de litros para regar frutas y hortalizas que acaban desechadas o como comida para animales».

El reportaje visualiza de una forma a mi juicio bastante acertada la realidad, poco tratada en los medios, y que apenas aparece en la agenda política ni estatal ni europea, de las de las grandes cantidades de productos agrícolas, frutas y hortalizas, que se producen con destino al consumo humano, pero que no llegan a dicho destino, sino que bien quedan en el campo (las llamadas pérdidas de alimentos, de acuerdo a la ley de prevención de las pérdidas y desperdicio), bien se donan, se redirigen a alimentación animal, o se gestionan como residuos.

Esto implica un impacto medioambiental evidente, puesto que en la producción de dichas frutas y hortalizas se invierte de una forma (casi) baldía muchos recursos: ocupación de tierras, semillas, fertilizantes, pesticidas, etc. Y agua, un gran derroche de agua, aspecto en el que incide particularmente el reportaje.

En el reportaje se señalan algunas de las ya conocidas causas de todo esto, que determinan que el precio que se ofrece al productor sea tan bajo que ni siquiera permite igualar los costes de producción. Causas vinculadas a que la distribución no da salida comercial a aquellas frutas y hortalizas que no sean «perfectas», alegando que los consumidores solo miramos el precio y al mismo tiempo no aceptamos productos con «defectos estéticos«, con la más mínima marca, o con un tamaño o forma «inadecuados». Y causas asociadas a una sobresaturación del mercado derivada de una sobreproducción y/o a la competencia de productos de importación más baratos.

El reportaje hace referencia a la retirada oficial de productos agrícolas del mercado, que es subvencionada por la UE a través de las OPFH (Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas). Señala que los datos oficiales hablan de una media en los últimos seis años de 70 millones de kilos anuales de frutas y hortalizas en el país. Antes, hace no tantos años, buena parte de estas retiradas se enterraban o eliminaban en vertedero. Afortunadamente esto ha cambiado, y ahora mismo la UE subvenciona su redirección priorizando la donación a comedores sociales y entidades benéficas como bancos de alimentos (54,6 % de las retiradas), seguida de la redirección a alimentación animal (32,7 %). Un 12,6 % se gestiona como residuo (compostaje, biometanización, etc.).

El reportaje hace referencia a un trabajo de investigación realizado en la Universidad de Alicante bajo la dirección de Fernando Maestre, que analiza la huella hídrica vinculada a esas retiradas del mercado de las OPFH. Así, el consumo de agua de riego sería, por término medio, de 10.700 millones de litros que equivaldría a «538 barcos cisterna al año como los que se quiere llevar a partir de junio a Barcelona si sigue sin llover». Si se incluyen también el consumo de lluvia o el agua contaminada por los cultivos la huella hídrica crece hasta 31.000 millones de litros anuales.

Los datos indican que el tomate es el producto retirado en mayor volumen, pero no el de mayor huella hídrica. Es mucho mayor la correspondiente a ciruelas, caquis, naranjas y nectarinas, entre otras frutas.

Es un volumen muy elevado de productos y de agua pero, tal y como enfatiza el reportaje, esto solo sería la punta del iceberg. Estos datos de huella hídrica están vinculados exclusivamente a los datos de frutas y hortalizas retiradas, datos registrados oficialmente, pero las cantidades reales de productos agrícolas producidos pero no comercializados son mucho mayores. En palabras de Fernando Maestre, los datos de la investigación que ha liderado aunque subestiman el alcance real del problema serían un buen reflejo de «la manera en la que producimos alimentos, con una sobreproducción de la que se habla muy poco”. El autor opina en este sentido que “con los problemas de sequía que tenemos en tantas regiones de España, que estemos tirando esta cantidad de agua es un disparate”.

Jornada contra el desperdicio alimentario

En el año 2019, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró el 29 de septiembre como Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. Desde entonces, todos los años alrededor de dicha fecha tienen lugar múltiples actividades sobre el tema.

Así, hace un par de semanas se celebró en el Colegio Oficial de Médicos de Navarra una Jornada contra el desperdicio alimentario titulada «Una mirada desde el sector primario y la hostelería en Navarra», organizada por el Gobierno de Navarra a través de la Oficina de Prevención de Residuos e Impulso a la Economía Circular y la empresa pública Gestión Ambiental de Navarra (GAN-NIK).

En ella pude participar haciendo una exposición genérica para enmarcar el problema de desperdicio alimentario y su abordaje en el contexto normativo europeo. Después se desarrolló una mesa redonda la que participaron miembros del sindicato agrario UAGN, para dar su visión del problema desde el sector primario; Silvia Ros, consultora en “Alimenta Valores”; y el chef Alex Múgica, autor del libro “Reciclaje y alta cocina”, que aportó su visión desde la perspectiva de la restauración, y cuyo equipo en el restaurante el “El Colegio” preparó una serie de «pintxos de aprovechamiento», para que fueran degustados por los asistentes.

Premio al proyecto Buruxka

Recientemente el proyecto Buruxka (Recuperación del espigamiento como valor social y ambiental), del que hemos hablado en varias entradas, y en el que la Universidad Pública de Navarra ha participado, ha sido reconocido como una de las tres mejores prácticas en la edición XXII de los premios José Ignacio Sanz Arbizu a las mejores prácticas en Desarrollo Local Sostenible. El premio lo otorga El Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra.

Enlaces:

«La trampa de la comida barata»

En parte a consecuencia de las últimas polémicas sobre las «macrogranjas», el pasado 30 de enero, en su sección Clima y Medio Ambiente, el diaro El País publicó un amplio reportaje titulado «La trampa de la comida barata», en la que trata el impacto ambiental derivado de la producción alimentaria en España. El reportaje analiza cinco casos o productos.

Carne de vacuno. El reportaje compara el impacto ambiental de la producción intensiva y extensiva de ganado vacuno, en particular la huella de carbono, ilustrando que el tema es complejo y menos evidente de lo que a priori puede parecer.

Lechuga. Se centra en la producción intensiva de lechuga y en general, de hortalizas, en el Campo de Cartagena, de las consecuencias que tiene sobre la contaminación de las aguas del Mar Menor, derivada de la fertilización y uso de pesticidas; y de la dificultad de revertir la situación, debido a la magnitud del daño acumulado y de la escala de superficie dedicada a esta producción.

Fresas. Trata el impacto de la producción intensiva de fresas en el agotamiento de acuíferos. Habla en concreto de la afectación del humedal de Doñana, debido al desarrollo de plantaciones de regadío en sus inmediaciones.

Carne de cerdo. Señala el crecimiento enorme (más del 50 %) de la producción intensiva de porcino en España, y de su posible vinculación con procesos de desforestación en Brasil y Argentina, orientados a la plantación de soja, uno de los alimentos base de cerdos y pollos. También habla de los efectos negativos (medioambientales, sociales y económicos) que la instalación masiva de este tipo de granjas puede tener sobre los municipios rurales.

Atún rojo. Trata la cuestión de la cría de atún rojo en aguas del mediterráneo con vistas a su engorde y enriquecimiento en grasa, para su exportación posterior principalmente a Japón. Estas granjas marinas emplean grandes cantidades de pescado de especies que podrían destinarse a consumo humano.

El reportaje es extenso, y recoge datos y opiniones diversas, vertidas por los agentes implicados y por investigadores del impacto ambiental de los sistemas de producción de alimentos, así como de expertos académicos en economía agraria.

Presentación Red Sin Desperdicio

En una entrada previa se hablaba de la reciente creación de la Red sin desperdicio y del lanzamiento de un sondeo sondeo on-line sobre hábitos alimentarios durante la Covid-19.

Pues bien el próximo miércoles 22 de julio a las 16:30 se va a presentar la red y los primeros resultados del sondeo, en el que se recibieron respuestas de más de 6.500 hogares.

La presentación ser realizará por medio de una webinar. Para asistir es necesario registrarse a través del siguiente enlace: