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Agenda contra el desperdicio en Navarra

En noviembre de 2022 el Gobierno de Navarra aprobó la Agenda para reducir el Desperdicio Alimentario en Navarra 2022-2027. La Agenda recoge y amplía lo ya señalado en el Plan de Residuos de Navarra 2017-2027 en relación a apoyar actuaciones dirigidas a prevenir y reducir el desperdicio alimentario en Navarra de forma alineada con la estrategia nacional “Más alimento, menos desperdicio”, para contribuir así a los objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Es esta entrada se resumen los principales aspectos incluidos en el documento.

Introducción, objetivos y alcance

Aporta algunas cifras sobre desperdicio alimentario en UE y España (Parlamento Europeo, 2017), datos procedentes del Panel de Cuantificación del Desperdicio Alimentario en los Hogares del MAPA; y también datos de un estudio realizado por nosotros en la UPNA sobre residuos y subproductos del sector de la industria alimentaria de Navarra.

La agenda incorpora las definiciones residuos alimentarios de la Ley 07/2022 de residuos y suelos contaminados así como las de desperdicio alimentario y pérdidas de alimentos de la futura Ley de prevención de pérdidas y desperdicio de alimentos.

No obstante, un aspecto muy relevante de la agenda es que restringe su ámbito de actuación al desperdicio alimentario, y deja explícitamente fuera las pérdidas de alimentos

En el texto se hace un recorrido sobre las iniciativas, estrategias y normativa en materia de desperdicio alimentario desarrolladas a nivel internacional, europeo, nacional y regional para contextualizar y justificar la propia agenda, y plantear a continuación los siguientes objetivos:

(1) Apoyar una serie de actuaciones dirigidas a prevenir y reducir el desperdicio alimentario en Navarra, y alinearlas con la estrategia nacional “Más alimento, menos desperdicio”, tal como se indica en el Plan de Residuos de Navarra 2017-2027.

(2) Alinear la agenda con las estrategias a nivel nacional y europeo desarrolladas para al objetivo 12.3 de Naciones Unidas, que en la agenda se concreta exactamente tal y como aparece en la Ley 07/2022 de residuos y suelos contaminados:

  • Reducir en un 50% los residuos alimentarios per cápita en el plano de la venta minorista y de los consumidores para 2030 (respecto a 2020).
  • Reducir en un 20% los residuos alimentarios a lo largo de las cadenas de producción y suministro para 2030 (respecto a 2020).

Es decir el objetivo habla de residuos alimentarios, no de desperdicio alimentario (que como ya se ha señalado en alguna ocasión, en la normativa española se entiende que es un subconjunto del concepto de residuo alimentario).

En la definición del alcance de la agenda, además de señalarse que las pérdidas de alimentos (y por lo tanto el sector primario) quedan fuera de su ámbito de aplicación, se indica que la agenda se va a centrar en los niveles superiores de la jerarquía de prioridades, para tomar medidas en los distintos eslabones de la cadena (industria alimentaria, la distribución y venta, la restauración y servicios alimentarios, y los hogares) antes de que se desperdicien alimentos y se generen residuos. La agenda especifica que las actuaciones de gestión de residuos quedan fuera de su ámbito de actuación.

La jerarquía de prioridades aplicada a la cuestión alimentaria tal y como aparece en la Agenda

Actuaciones

La agenda plantea 6 áreas de actuación, cada una de las cuales plantea se concreta en entre 2 y 4 actuaciones. Algunas de estas actuaciones se corresponden con acciones previstas ya en el Plan de Residuos de Navarra 2017-2027.

Las 6 áreas de actuación de la Agendapara reducir el Desperdicio Alimentario en Navarra 2022-2027.

Área 1. Generación de conocimiento

1.1. Adaptar a Navarra los procedimientos metodológicos para la cuantificación del desperdicio alimentario en los distintos eslabones de la cadena alimentaria.

1.2. Conocer la situación del desperdicio alimentario en Navarra

Área 2. Sensibilización, formación y divulgación

2.1. Promover campañas de sensibilización dirigidas a personas consumidoras

2.2. Promover campañas de educación para la infancia y adolescencia

2.3. Llevar a cabo acciones de formación y sensibilización a agentes clave con vistas a reducir el desperdicio alimentario

2.4. Difundir mensajes e información de interés

Área 3. Fomento de buenas prácticas y desarrollo de directrices

3.1. Apoyar y/o promover iniciativas y experiencias de interés

3.2. Definir directrices claras y consensuadas (entre administraciones, el sector, y otros
agentes) en distintos ámbitos

3.3. Integrar criterios de reducción del desperdicio alimentario en los pliegos de contratación de servicios de restauración colectiva

Área 4. Colaboración y acuerdos con agentes clave

4.1. Dinamizar redes de trabajo de desperdicio alimentario en Navarra

4.2. Favorecer la elaboración de acuerdos entre agentes clave de sectores estratégicos para la creación de canales estables de aprovechamiento de excedentes alimentarios

Área 5. Adaptación del marco normativo y de fiscalidad

5.1. Estudiar, identificar y modificar las barreras normativas forales que puedan incidir en el desperdicio alimentario

5.2. Desarrollar un sistema de incentivos para evitar el desperdicio en los distintos sectores

Área 6. Innovación e investigación

6.1. Fomentar e impulsar iniciativas o proyectos desde la investigación y experimentación

6.2. Fomentar el emprendimiento e innovación

Visita al Banco de Alimentos de Burdeos

Hace unos días un grupo de personas del Banco de Alimentos de Navarra, de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, del Area de Prevención de Residuos del Gobierno de Navarra, y de la Universidad Pública de Navarra realizamos una visita al Banco de Alimentos de Burdeos y de la Gironda (BABG), y pudimos conocer cómo trabajan y qué actividades desarrollan en la lucha contra el despilfarro de alimentos.

¿Qué cantidad de alimentos recupera y de dónde?

El BABG recoge cada año cerca de 5.000 toneladas de un total de 128 proveedores. Unas 3.500 toneladas se corresponden con productos que de otra forma se habrían desperdiciado.

La procedencia de los productos se distribuye de la siguiente forma:

  • Sector de la distribución: 2250 t (45 %)
  • Otros bancos de alimentos: 1150 t (24 %)
  • Unión Europea (FEAD): 1050 t (21 %)
  • Recogida pública: 350 t (7 %)
  • Estado y otros: 200 t (4 %)

Destaca el dato de la distribución, muy superior al registrado habitualmente en los bancos españoles. Probablemente esto se debe a la puesta en marcha de la Ley francesa contra el desperdicio de alimentos, como ya se señaló en una entrada anterior.

Vista de fichas de proveedores en la zona de recepción

¿Que cantidad de alimentos redistribuye, dónde y cómo?

Distribuye unas 4.300 t en la Gironda y unas 700 a los Bancos de Alimentos de la región del Sudoeste.

Cada semana, el BABG provee de alimentos a 132 entidades de consumo, 44 de ellas Centros Comunitarios de Acción Social. Estas entidades distribuyen los alimentos a un total de 17.600 beneficiarios en la Gironda.

El reparto a las entidades se hace de dos formas:

  • Por un lado en las propias instalaciones del banco disponen un espacio en el que, a modo de «supermercado», cada entidad acude y adquiere libremente aquellos productos frescos (frutas y hortalizas) que considere oportunos.
  • Y por otro lado el banco tiene una programación para la emisión de lotes de producto (productos «secos» pero también «frescos») a las distintas entidades, sin que las mismas puedan en este caso «elegir» los productos.
  • Además, en verano, durante 6 semanas, debido a que parte de las entidades de consumo cierran y paralizan su actividad, el BABG se encarga directamente del reparto a los beneficiarios finales en dos barrios de Burdeos, por medio de «supermercados sociales y solidarios».

Vista del «supermercado» interno de frutas y verduras

Vista de un lote de productos listo para su entrega

Recursos humanos y materiales

El BABG cuenta de forma permantene con 200 voluntarios, 17 asalariados, y alrededor de 4 jóvenes en Servicio Cívico.

Además en el momento de la gran colecta anual de alimentos (tercer fin de semana de noviembre) moviliza a 2500 personas, y cerca de 1200 voluntarios para la clasificación de lo recogido en dicha colecta.

Los medios materiales son los siguientes:

  • Un almacén de 2600 metros cuadrados con una muelle de carga y 5 puertas de acceso.
  • 6 cámaras frigoríficas, tres de refrigeración y tres a temperatura de congelación.
  • Una cocina y comedor para los trabajadores y voluntarios del banco.
  • Una cocina taller solidaria de 120 metros cuadrados («cocina fija»).
  • 6 caminones frigoríficos de 3,5 toneladas y una furgoneta.
  • Un camión cocina («cocina móvil»).
  • Una camioneta «tienda itinerante solidaria».

Los talleres de cocina solidaria

Una actividad muy interesante desarrollada por el BABG es la realización de talleres de cocina solidaria en los que grupos pequeños de personas aprenden a cocinar un menú equilibrado y de bajo coste energético empleando los productos aportados por el banco. Además del aprendizaje los talleres cumplen la función de facilitar la creación de lazos sociales entre personas necesitadas. Desde la puesta en marcha de este servicio, más de 10.000 personas se han beneficiado de estos talleres.

Los talleres se realizan tanto en la «cocina fija» existente en el BABG, como en las entidades de consumo por medio de la «cocina móvil».

¿Qué se hace con los productos que no son redistribuidos?

En la actividad de recepción y clasificación, en el BABG se generan cada año unas 350 toneladas de alimentos que no cumplen los requisitos para ser redistribuidos. Esta cantidad es aproximadamente un 20 % de los productos frescos recibidos cada año.

La gestión que se hace de estos productos «rechazados» sigue estrictamente la jerarquía establecida en la Ley francesa contra el desperdicio alimentario.

  • Se prioriza primero lo que se puede destinar a consumo humano. Así unas 40 toneladas se emplean en la cocina del BABG, y constituyen el menú diario de las personas que trabajan en el banco. Además alrededor de 10 toneladas de frutas son destinadas a la elaboración de mermeladas en las instalaciones de «Les Confitures de Dominique», adyacentes al banco (ver entrada posterior).
  • Una parte importante (unas 200 toneladas) se destina a alimentación animal, en 15 explotaciones pecuarias y granjas pedagógicas.
  • Otra parte (entre 50 y 100 toneladas) se destina a la obtención de compostaje en un centro de inserción social para personas sordas.
  • Finalmente, el BABG paga las tasas correspondientes para que un gestor de bioresiduos se haga cargo de las 20 toneladas restantes.

 

 

 

La jerarquía contra el desperdicio en EEUU

A nivel gubernamental la lucha contra el desperdicio de alimentos en Estados Unidos la lidera la EPA (United States Environmental Protection Agency). La EPA impulsa el «Food Recovery Challenge«, como parte del Programa de Gestión Sostenible de Materiales, que «busca reducir el impacto ambiental de los materiales durante todo su ciclo de vida», lo que «incluye cómo se extraen, fabrican, distribuyen, utilizan, reutilizan, reciclan y eliminan».

El «Food Recovery Challence» establece que todas las organizaciones que participan en la cadena de suministro de alimentos deben «comprometerse a mejorar sus prácticas de gestión sostenible de alimentos» y les «alienta a seguir la Jerarquía de recuperación de alimentos para priorizar sus acciones para prevenir y desviar los desperdicios de alimentos».

Esta jerarquía es la siguiente:

Es una jerarquía en lineas generales coherente con otras jerarquias de este tipo como la de la WRAP de Reino Unido o con la jerarquía establecida por Ley en Francia.

 

 

La jerarquía contra el desperdicio en Francia

Francia es uno de los países que más decididamente está implementado políticas en la lucha contra el desperdicio de alimentos. En febrero de 2016 vio la luz la Ley 2016-138 relativa a la lucha contra el desperdicio alimentario.

La ley establece que «la lucha contra el desperdicio de alimentos implica la responsabilización y la movilización de productores de alimentos, procesadores y distribuidores, consumidores y asociaciones».

Y señala que «las acciones para combatir el desperdicio de alimentos se implementan en el siguiente orden de prioridad»

Jerarquia Francia

La ley explicita que el sector de la distribución (concretamente establecimientos de venta de superficie superior a 400 metros cuadrados) está obligado a que todos los productos no vendidos que estén todavía en buen estado se valoricen de acuerdo a esta jerarquía.

Esto ha incrementado notablemente la cantidad de alimentos donados a entidades de redistribución de alimentos. En el caso del Banco de Alimentos de Burdeos, por ejemplo, actualmente un 45 % (unas 2.500 toneladas al año) de los alimentos recibidos proceden del sector de la distribución.

En España esto es menos habitual. Por ejemplo, el Banco de Alimentos de Navarra, pese a tener un sistema muy reconocido de provisión de alimentos desde la distribución minorista (a través de un convenio con la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona), recibe a través de este sistema unas 300 toneladas de productos al año, un 8 % del total recibido.

Una cuestión interesante de la jerarquía francesa es que hace referencia a la posibilidad de recuperar alimentos para consumo humano a través de su «transformación», posibilidad que no se cita (al menos no de forma explícita) en otras jerarquías publicadas, como la de WRAP de Reino Unido y la de la EPA en USA.

En entradas anteriores se han descrito iniciativas de lucha contra las pérdidas y desperdicio de alimentos en Francia, en Holanda, y en Cataluña, consistentes precisamente en la puesta en marcha de centros de transformación, fundamentalmente de frutas y hortalizas, procedentes de la distribución, del sector primario, etc.

La jerarquía de residuos en el ámbito alimentario, según WRAP

En una entrada anterior se señalaba cómo el artículo 8 de la Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados establece la muy conocida jerarquía de residuos que «servirá de orden de prioridades en la legislación y la política sobre la prevención y la gestión de los residuos”.

En esta breve entrada se presenta la adaptación que hace WRAP (Waste and Resources Action Programme, Reino Unido) de dicha jerarquía al ámbito de los residuos alimentarios de las empresas que operan en el sector de alimentos y bebidas.

La jerarquía establece que la opción más favorable es la minimización de residuos, es decir, la reducción de la cantidad de materias primas, ingredientes, productos no aprovechados y convertidos en residuos.

La redistribución de alimentos a través de bancos de alimentos o entidades semejantes entre la población más necesitada sería la siguiente opción, que evidentemente está muy condicionada por cuán percedero sea el alimento en cuestión, y por la existencia o no de la capacidad logística necesaria para hacer frente a la clasificación, almacenamiento y distribución segura e higiénica de los excedentes alimentarios.

La tercera opción sería dirigir los residuos/subproductos hacia la alimentación animal. Esta opción es probablemente la más frecuente en muchos subsectores alimentarios, en particular en las industrias de frutas y hortalizas, cervecería, azúcar, y en general, en el procesado de materias primas de origen vegetal.

Estas tres primeras opciones constituirían actividades de prevención, en el sentido de que impiden que alimentos comestibles se conviertan en residuos. Las siguientes opciones constituirían ya operaciones de tratamiento de residuos.

Dentro de estas opciones las más recomendables serían la transformación biológica de los residuos a través de digestión anaerobia y/o compostaje, entendidas estas como operaciones de valorización (reciclaje).

A continuación se situaría la valorización de los residuos a través de su incineración en condiciones controladas para la hacer posible la recuperación y aprovechamiento de la energía generada (en forma de calor, electricidad).

Y, por último, las opciones más desfavorables serían las de eliminación: la incineración sin recuperación energética y el vertido en vertederos o alcantarillado.

 

Prevención y gestión de residuos: definiciones normativas

En dos entradas anteriores se presentaron las definiciones de residuo, residuo doméstico, residuo industrial, biorresiduo, etc., y de subproducto, tal y como establece la Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados, que es la transposición de la Directiva 2008/98/CE.

En la ley también se establecen una serie de definiciones que persiguen distinguir entre prevención, gestión de residuos, recogida, tratamiento, eliminación, valorización, reciclado, etc., que se tratan a continuación.

Antes conviene señalar el artículo 8 de la ley que establece que «la siguiente jerarquía de residuos servirá de orden de prioridades en la legislación y la política sobre la prevención y la gestión de los residuos». Esta jerarquía se suele representar mediante una pirámide invertida para reflejar dichas prioridades:

Jerarquia de residuos

Tenemos entonces como prioridad la prevención (prevention) que tiene que ver con las «medidas adoptadas antes de que una sustancia, material o producto se haya convertido en residuo, para reducir: a) la cantidad de residuo, incluso mediante la reutilización de los productos o el alargamiento de la vida útil de los productos; b) los impactos adversos sobre el medio ambiente y la salud humana de la generación de residuos, o c) el contenido de sustancias nocivas en materiales y productos».

La reutilización (re-use) es por lo tanto una operación de prevención descrita en la norma como «cualquier operación mediante la cual productos o componentes que no sean residuos se utilizan de nuevo con la misma finalidad para la que fueron concebidos».

A continuación tendriamos ya operaciones que constituyen diversas formas de gestionar los residuos, definida la gestión de residuos (waste management) como «la recogida, el transporte y tratamiento de los residuos».

A su vez, recogida (collection): es la  «operación consistente en el acopio de residuos, incluida su clasificación y almacenamiento iniciales con el objeto de transportarlos a una instalación de tratamiento de residuos». Tambien se define en particular la recogida separada (separate collection) como «la recogida en la que un flujo de residuos se mantiene por separado, según su tipo y naturaleza para facilitar un tratamiento específico».

Y por tratamiento (treatment): las operaciones de valorización o eliminación, incluida la preparación anterior a la valorización o eliminación.

Así, por valorización (recovery) se entiende «cualquier operación cuyo resultado principal sea que el residuo sirva a una finalidad útil al sustituir a otros materiales que de otro modo se habrían utilizado para cumplir una función particular, o que el residuo sea preparado para cumplir esa función, en la instalación o en la economía en general».

Dentro de las operaciones de valorización algunas se podrán catalogar también como operaciones preparación para la reutilización (preparing for re-use) definida como «la operación de valorización consistente en la comprobación, limpieza o reparación, mediante la cual productos o componentes de productos que se hayan convertido en residuos se preparan para que puedan reutilizarse sin ninguna otra transformación previa». En el ámbito de las actividades que afectan a los residuos biodegradables generados en la cadena alimentaria no hay muchos ejemplos de este tipo de operaciones.

Las operaciones de valorización de este tipo de residuos generalmente encajan mejor dentro de la categoría de operaciones de reciclado (recycling) que son aquellas mediante las cuales «los materiales de residuos son transformados de nuevo en productos, materiales o sustancias, tanto si es con la finalidad original como con cualquier otra finalidad. Incluye la transformación del material orgánico, pero no la valorización energética ni la transformación en materiales que se vayan a usar como combustibles o para operaciones de relleno». Estas últimas operaciones se corresponderían con otros tipos de valorización.

Por último, la opción menos deseable dentro de la jerarquía de gestión de los residuos es la eliminación (disposal) definida como «cualquier operación que no sea la valorización, incluso cuando la operación tenga como consecuencia secundaria el aprovechamiento de sustancias o energía».

Todos estos términos se han querido reflejar en esta segunda versión de la pirámide invertida de la jerarquía de residuos.

Jerarquia de residuos2